Madrid. Martes, 8:55 de la mañana. Metro Noviciado.
Es un poco más tarde de lo normal, y voy a pasarme de mis diez minutos de rigurosa tardanza para llegar al trabajo.
No hay nadie en la ventanilla desde, al menos que yo recuerde, 1997.
(Reto a cualquier madrileño/a a demostrar que alguna vez ha habido un ser humano tras la ventanilla de la salida norte del metro Noviciado. En serio. A quien lo demuestre le invito al metro durante los próximos 2 meses.)
Hay tres máquinas. Dos no funcionan.
No tengo tícket para pasar. En la cartera, únicamente un billete de 5 euros.
Introduzco el billete en la ranura; me lo escupe.
Vuelvo a introducir el billete; me lo escupe.
Vuelvo a introducir el billete; me lo escupe.
Miro al reloj, me mosqueo sobremanera y me cuelo. Al fin y al cabo, lo he intentado… ¿no?
Cualquiera que, como yo años ha, estuviera enganchado al DOOM I y II cuando aún era lo más de los shoot’em up, puede todavía respirar el aire estancado y húmedo de aquellos pasadizos oscuros acechados por inclementes monstruos, nazis y soldados mutantes
Pero llegó DOOM III y la sensación se agudizó.
Curiosamente, cuando torcí la esquina al bajar la escalera en el metro tras haberme colado, los tres guardias de seguridad y los dos funcionarios que me asaltaron con un:
- su billete, por favor,
… me recordaron EXACTAMENTE a aquellos momentos de especial tensión cuando tras haber alcanzado en el siguiente nivel te encuentras con seres más espantosos que nunca y no tienes munición para el arma de mayor alcance.
- No tengo billete – les dije – no hay nadie en ventanilla y las máquinas no funcionan
- Hay tres máquinas, señorita
- Sólo funciona una, y no acepta billetes, que es lo único que llevaba.
- Entonces tenía que habernos avisado por megafonía
- Llego tarde al trabajo.
- Eso no nos incumbe. Usted se ha colado.
- Mire, He intentado sacar el billete. ¿Me entiende? Lo he in-ten-ta-do. Y no ha sido posible.
- Entonces podía haber ido a la otra boca del metro.
- Le repito, caballero: He intentado cumplir con mi deber cívico y pagar mi derecho a utilizar el transporte público. Pero el transporte público no ha puesto los medios a mi alcance para que lo haga. Así que no puedo perder mi tiempo.
- Lo siento, señorita. Usted se ha colado.
- LE REPITO QUE….
- DNI, por favor.
- No.
- ¿No?
- No.
- Veamos: señorita, o nos enseña el DNI o tendremos que llamar a un policía.
- Vale.
No he pasado de nivel. Me acorralan y el tiempo se me echa encima; me enfrento ahora a seres más espantosos si cabe.
Me sigo negando a enseñarles el DNI. De hecho, me planteo dar media vuelta y salir corriendo
Munición arma siguiente nivel: rebeldía.
- No les voy a enseñar el DNI y no voy a pagar.
Cinco minutos después tengo delante a un policía nacional.
Les entrego mi DNI.
Me devuelven, muy sonrientes, un papel requiriéndome pagar una multa de 20 euros por no sacar el billete “en el plazo de cinco días hábiles, o recurriremos a …”
El policía también se queda con mi número de DNI, por si acaso.
Les pregunto, sumida en mi derrota:
- ¿Por qué no hay nadie ahí arriba y aquí han apostado a diez personas como si fuera el caballo de Troya?
- Para evitar que gente como usted se cuele, señorita.
- Claro, qué tontería, ¿cómo no lo había pensado?
Y me arrastro, cual lamentable hurón urbano, cual alimaña, cual pobre derrotada, a coger el metro. Porque no tenía más munición, que si no…
Llego a la oficina y me encuentro con una hecatombe y con la policía: la noche anterior robaron y nos han arrancado de cuajo la caja fuerte, abriendo las estanterías de metal como si fueran una lata de sardinas. Faltan también tres o cuatro portátiles, varios móviles y quién sabe qué más. Total pérdidas estimadas: unos 38.000 euros.
Decido aprovechar el hecho de que mi despacho se ha convertido en Kosovo para ir a pagar la multa y olvidarme por completo de mi partida de DOOM. Al llegar a las oficinas de Metro de Madrid, me paro en un cajero – no tengo un duro. Bien. Miro las cuentas: Me han extraído 186 euros de electricidad de los últimos dos meses, de mi último piso. Llamo a mi compañía para reclamarlo.
- ¿Cómputo aproximado? Pero si yo no llegaba a los 40 euros al mes.
- Si tiene alguna queja o reclamación ruego mande un fax al…..
- …
Cuelgo el teléfono porque tengo la regla y (aún) no creo en la violencia. Decido dejarlo para un mejor momento. Siguiente paso, llamo a mi proveedor de Internet para saber por qué me han cobrado las llamadas telefónicas cuando se supone que van incluidas
Veinte minutos después, me atienden.
- Esto es un problema de Telefónica. Tendrá que llamarles y reclamar.
- Eso precisamente hice con las dos últimas facturas, pero seguís cobrándome las llamadas provinciales.
- Entonces tiene que mandarnos un fax al número….
Cuelgo. Entro en el banco. Saco dinero a crédito.
Pago la multa.
Vuelvo a la oficina.
Hago cálculos.
Total botín de Unión Penosa: 106 euros
Total botín de KK.com: 146 euros
Total multinacionales: 252 euros
Total ganancias de Metro de Madrid por haberme colado: + 20 euros
Amigos, esta es la prueba. A partir de ahora, me desentiendo de todo. Si algún día me veis en el noticiario de la mañana esposada y con grandes titulares abajo, no dudéis que estaré al menos satisfecha .
11 comentarios:
Y Anilibis cogió su fusil ...
Haz como quieras, pero el Estado siempre te llevará ventaja. No sé por qué, pero es así.
Diga que sí. No sólo será más rentable, sino que se va a quedar de un "agusto"
Ha cometido un leve error al calcular las ganancias del metro de Madrid a su costa de usted. Le da 20'61, cuando el resultado correcto es, creo, 19'39.
De nada.
¿Baila?
Alicia Liddell:
Todavía no llego.. pero todo puede ocurrir.
Gabriel:
Estoy acostumbrada a ir desventajada, así se trabaja más el aguante.
beren:
más ancha que larga, sí señor
Camilodeory:
Le agradezco en gran mesura su observación. El error no es leve, ,es grave, y demuestra mis pésimas facultades para las matemáticas. Menos mal que se compensan, a duras penas, con otras.
Es usted un hacha y un gran observador.
Fe de erratas
Matías (del blog nienunmillon.blogspot.com), que acaba de confesar su frikismo, afirma que la primera foto no es de Doom sino de Wolfestein. Creo que tiene razón.
Hola, Anibilis
Leí tus dos últimos posts y me parecieron muy amenos, seguiré visitándote... Llegué acá por Mujeres de Roma, el magnífico blog de Isabel
Hola, tengo un blog sobre televisión, es nuevo, y me haría mucha ilusión que entraras. !!!! te dejo la dirección:
www.lamoscadelatele.blogspot.com
Muchas gracias y un saludo
Por cierto, el metro de Madrid es lo peor, pero los autobuses... ni te lo imaginas
Vaya que tuviste una total peripecia en estos días. Acá de el otro lado y en el tercer mundo imagina como será!! Me gusta tu blog seguiré viniendo, por demás invitada a dejarme tus amorexias en mi hora mas oscura.
me leí de corrido tu relato y entre risa e indignación me sonreía tontamente...no sé ...tengo que reconocer que esto que contás lo hemos heredado los argentinos entonces de la madre patria!!!!?????
ejejeje
corremos con la ventaja de que aquí el tipo de la ventanilla dice:pasá por la puerta, porque:
es gratis...
no tengo cambio...
están de reclamo salarial...
jiji
y así pasa una con cara de : y si es una cámara oculta???
:S
bue...me encantó tu blog y te invito al mio
jake
lo que te faltó de suerte ese día te sobró de talento al relatarlo.
En fin, la vida a veces es una mierda y como dice mi hombre hacía falta una buena guillotina en la plaza de algún que otro pueblo...
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