Me fastidia sobremanera mostrar un comportamiento "típico" ante cualquier situación, pero en este caso mucho me temo que he caído una vez más.
He caído en la blogsidia, o deslog, o "desidia del blog".
Cuando todo esto comenzó parecía muy cool y moderno, y una buena forma de extender los dendritos de nuestra existencia más allá de nuestro entorno personal. Tener un blog era la panacea para cualquier persona introvertida o tímida, o que no tuviera vida social. Incluso en el caso opuesto, siendo el rey/reina del mambo, también se daban casos clarísimos de blog-adicción galopante.
Cuando empecé éste, hace aproximadamente... ¡tres años!, ya tenía otro blog en marcha desde hacía bastante tiempo. Iba a ser el compendio-combo perfecto: el otro blog para mis cosas de índole creativa y literaria, y éste para desparramar tranquilamente. Durante un tiempo funcionó.
Con ambos blogs (léase "bláoh" para los anglofílicos) llegué a satisfacer casi por completo mis necesidades de exhibicionismo creativo / vanidad / socialización, etc. También gracias a este medio he ganado unas cuantas valiosas amistades. Incluso hubo una época en la que funcionaban también como estrategia(involuntaria, eso sí) para ligar. Salieron de esta pareja de bláohs al menos dos amoríos, uno de ellos incluso consumado, un fin de semana en una ciudad costera.
Ahh, aquellos tiempos.
El caso es que - y ahora sí voy a lo que iba - una vez acabado el ímpetu y lo novedoso, una se encuentra con que tiene dos (o más, vaya usted a saber) bláohs que ni mira ni toca ni le importan demasiado - y que cada vez tienen menos visitas... y se cansa. Eso es precisamente lo que me fastidia, porque el comportamiento típico de todo/a bloguero que se precie es tender hacia el hastío. No digo que no haya muchas y grandes excepciones, que las hay, pero - admitámoslo - casi siempre llega ese momento en el que empezamos a pasar.
Es justo cuando de pronto parece absurdo estar aquí diciéndole cosas al pueblo llano, como si no tuvieran que escuchar o leer suficientes tonterías durante todo el día. Es justo entonces cuando uno/a empieza a cuestionarse la verdadera utilidad de tener un bláaaohhh.
En este momento, también, están cubiertas la mayoría de mis necesidades arriba expuestas: soy menos creativamente exhibicionista, o tal vez me lo creo menos, (aunque nunca se sabe por dónde puede volver de pronto el ramalazo) soy algo menos vanidosa y mucho más sociópata que antes. A eso hay que añadir que llevo meses inmersa en un proyecto literario que no puedo "blohgear" por ahora y que me va a durar mucho tiempo, puede que un año o más. Y que, básicamente, me tiene abducida.
En cuanto a lo de los ligues, bueno... digamos que está felizmente adjudicado el papel de "maromo" de la que aquí suscribe.
Por lo tanto y para continuar con el "comportamiento típico" estándar del/la blogger desencantado/a, lo suyo sería anunciar tras esta larga diatriba el cierre inminente de ambos bláohhhss... pero no, señores.
Lo que vengo a decir es que la cosa SIGUE. No sé con qué frecuencia, pero sigue.
Siempre hay algo que contar, aunque sean tonterías.
Buenas tardes, fantasmas de mis lectores pasados :)
Eeeecooo, eeecoo, eecoo, eco.. ec... e......